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14 de octubre de 2009
Encuentro con Jesús Cabrero





A las cinco y media de la tarde, con puntualidad británica, Jesús Cabrero asoma por la puerta del salón en el que  esperamos con impaciencia su llegada, conscientes de la expectación que ha suscitado el encuentro entre l@s alvaristas.

Está en Barcelona representando la obra de teatro "Mentiras, incienso y mirra", de Juan Luís Iborra y Antonio Albert. Hoy  no tiene función, por lo que viene relajado y con aire jovial. Jeans, camiseta, barba de uno o dos días, cabello azabache con reflejos plateados y esa planta que le caracteriza, le confieren un aspecto tan cercano como interesante.
Enseguida repara en la singularidad del lugar, un antiguo edificio restaurado y transformado en hotel situado en el barrio gótico de Barcelona.
Desde el salón de reuniones, amplia estancia de estilo isabelino, accedemos, a través de un gran ventanal, al jardín interior. Espacio que le deja gratamente sorprendido y por el que paseamos durante unos momentos comentando la tranquilidad que se respira allí, en comparación con el bullicio del centro histórico de la ciudad en el que nos encontramos.
A sabiendas de que, aunque disponemos de más de dos horas, hay mucho trabajo por hacer, nos disponemos a enseñarle el blog  y a leer los comentarios que le han dedicado l@s alvaristas. 




Queda gratamente sorprendido por tanto cariño manifestado al personaje y  a él mismo, mostrándose de lo más animado y participativo. Reconoce estar disfrutando con toda esta historia y asegura que a partir de ahora nos vigilará de cerca…
Cuando le preguntan por Empar Ferrer,  contesta divertido “¡Claro que tengo contacto con ella! ¡Si es mi madre! Luego ya, bromas a parte, nos comenta que tiene una estupenda relación con ella y que es una persona fantástica.
La conversación se va animando y me atrevo a preguntarle algo que hemos debatido en el blog. Si Álvaro, la noche del Morocco, finalmente sucumbe a los ofrecimientos de Esperanza… Se ríe y contesta muy seguro moviendo la cabeza: “No”. Nos cuenta como, al respecto, una señora mayor se le acercó un día por la calle y le dijo: “tú eres tonto,  es que eres demasiado bueno”.



 
 También nos explica que los latinajos le traían de cabeza porque se  hacía un lío al pronunciar las frases que le escribían en el guión, pero por suerte había una chica del equipo de iluminación que sabía latín y le asesoraba constantemente.
Me doy cuenta de que el tiempo está volando y propongo acomodarnos en los sillones del jardín para empezar la entrevista que habíamos preparado.








Amar en Tiempos Revueltos es una serie con muchísimos seguidores, no sólo en España, sino también en el resto del mundo, desde el Canal Internacional, y ahora desde la página web. La fama del profesor Iniesta ha cruzado mares y océanos, ganando muchos adeptos entre gente que tuvo que emigrar, españoles que viven fuera, etc. ¿Qué supone eso para vosotros, los que participáis en la serie?
Para mí, supuso una gran preocupación contar el personaje de la manera más creíble, ya que sabía que hay mucha gente que sigue la serie que ha vivido aquella época y quería hacerlo lo mejor posible por y para ellos.


Personalmente, ¿Qué opinión te merece la actitud del personaje ante el entorno social y político en el que se desarrolla la historia?

Álvaro tuvo que pensar por tres, someterse y morderse la lengua cada vez que algo le sublevaba. No le quedaba otra debido a su situación.

El representar un personaje muy exitoso en la vida de un actor marca siempre un antes y un después. ¿En tu caso Álvaro Iniesta  marcó ese punto en tu carrera?
Me ha marcado el mundo alvarista. Jamás pensé que iba a tener esa repercusión. Es algo que cuando estás trabajando, no te lo planteas. Pero luego, cuando ves que el resultado es éste… es algo que te marca.
¿Qué fue más difícil  interpretar: los emotivos silencios, o los extensos diálogos?
¡Los extensos diálogos! Sobre todo los latinajos…

Ha gustado mucho el uso de las manos que hacías en la serie para enfatizar el discurso del profesor. ¿Mueves así las manos en tu vida real o es una característica del personaje? ¿Tuviste algún ensayo para ello?
Digamos que rebobiné y me acordé de mis profesores ya que cuando Franco murió yo tenía diez añitos.

¿Has visto la serie?
Sí, en parte porque los actores tendemos a autoanalizarnos mirando nuestro trabajo para así ir corrigiendo lo que no nos gusta.

¿Sabíais de antemano con quién se quedaría Alicia?
Sí, se sabía que al final se quedaba con Álvaro,  lo que desconocíamos era el desenlace.

¿Qué significado tiene para ti la frase que pronunció Alicia en la cuarta temporada?: “¿No entiendes que si Fernando muere, su recuerdo se interpondrá entre nosotros para siempre, como una sombra?”   
Es como decir que si no hacemos nada por intentar salvarle, nos lo vamos a echar en cara durante el resto de nuestra vida.    

¿Qué sentimientos alberga Álvaro cuando Alicia, a pesar de decirle “te quiero”, se muestra tan angustiada por la inminente ejecución de Fernando?
No deja de ser la muerte de un ser querido e inevitablemente tiendes a recordar. Álvaro sabía que en ese momento él no podía hacer nada. Ya que hacer o decir cualquier cosa podía repercutir en Alicia y, por amor a ella, se lo tuvo que tragar.

¿Dónde te sientes más cómodo: en la comedia, el drama o el suspense?
Me siento cómodo donde hay un buen argumento o una buena historia que contar, o sea, un buen guión. Me siento incómodo al tener que representar violencia ya que no tolero que alguien le ponga la mano encima a otra persona. En “El Comisario”, donde interpretaba a un pederasta,  lo pasé muy mal en una escena en la que tenía que agredir a una niña.

¿Cuáles son para ti las ventajas o inconvenientes de trabajar en teatro o en cine y televisión? 
El inconveniente en cine y televisión es que sueles rodar fuera de temporada y en invierno pasas frío y en verano calor, con lo que no es fácil trabajar en esas condiciones. Del teatro me apasiona el enfrentarte día a día al riguroso directo. Hay días buenos y otros malos.

¿Con qué personaje de los que has interpretado hasta el momento, te has sentido más a gusto?


Con Álvaro, sin lugar a dudas. Aunque también me gustó mucho Mario, de “Hospital Central”. 


Entonces nos explicó una anécdota que recordaba con mucho cariño puesto que le había llenado de satisfacción.
Un buen día, recibió una carta de unos padres de un niño hiperactivo, angustiados porque ya no sabían qué hacer con él. Le decían que Mario era como un espejo para su hijo ya que le gustaba mucho su papel en la serie y que si podría hacer algo para intentar ayudarles. Jesús guardaba una bata de la serie y se la mandó junto una foto dedicada y una carta en la que le escribió que si quería parecerse a Mario tenía que obedecer a sus padres y portarse mejor. Al cabo de poco tiempo, recibió otra carta de los padres agradeciéndole su gran detalle (lo de gran, lo añado yo), gracias al cual, el comportamiento del niño había cambiado radicalmente.
Desde luego una entrañable historia, pero lo mejor fue la emoción con que la contó.

¿Puedes avanzarnos algún nuevo proyecto que tengas en vistas? ¿Quizás te volveremos a ver en AETR? 
De momento no. Sólo puedo decir que hay algo de televisión sin confirmar. En cuanto a si me volveréis a ver con Alicia en Amar, decir que bueno, no nos han matado…

¿Te sentirías satisfecho si en tu vida llegaras a…?
A no perder los valores.

En eso entonces te pareces a Álvaro...

Álvaro me ha dado algo. Cuando interpretas un personaje, éste te da a ti  y tú le das a él. Aunque me gustaría parecerme más.

¿Qué cualidad valoras más en una persona?
La franqueza. Soy muy confiado y me mataría cualquier tipo de traición. Bajo ningún concepto sería capaz de desvelar un secreto que alguien me confiase.

¿Y en una mujer?
La misma.




Una película que te haya marcado, un libro, una canción, una ciudad, un lugar donde perderse, un hobby, una manía, una ilusión…
Una película, “Candilejas”.
Un libro… a ver, déjame pensar… ah sí! “El hombre en busca de sentido”, de Viktor Frankl. Trata sobre un psicólogo nazi en un campo de concentración, es una maravilla cómo se refleja la superación del hombre.  

¿Una canción? Me gustan las canciones que tienen estribillo y una buena melodía. 
Una ciudad… ninguna en especial. Ahora Barcelona,  después Valencia… disfruto allá donde estoy.
Me perdería en el campo.
Un hobby, cualquier deporte. De niño practiqué balonmano, fútbol y atletismo. ¡Hasta llegué a probar el rugby! Pero sólo duré un día…
Tengo la manía de ser impuntual. (Afortunadamente, hoy no lo ha sido)
Una ilusión, no perder los valores, aunque a veces las circunstancias nos arrastran.

                                                    


No  puedo decir lo que Álvaro Iniesta le ha dado a Jesús Cabrero puesto que no le he conocido hasta ahora y no sé si antes de interpretarle ya era tan encantador. De todas formas diré que es todo un caballero. Es atento, considerado, sencillo y muy simpático y  ha sido un verdadero placer que nos haya atendido tan amablemente. 

¡Mil gracias Jesús!



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Preguntas entrevista: Administradoras del blog 
Texto y fotos:  Fanálvaro


Nuestro agradecimiento al hotel

Petit Palace Opera Garden